Esta novela de un miembro de la judicatura francesa, publicada en 1996, se ha transformado en una obra de culto en materia de literatura gay.

Dustan es el seudónimo de William Baranès, un profesional formado en las instancias de elite de los funcionarios públicos franceses, que con En mi cuarto desató una gran polémica en su país. La novela, en clave de autobiografía, expone el lado B de este ejemplar Juez Administrativo y, de paso, devela el desenfado adictivo de los colectivos gays de la sociedad francesa.

Esta es la historia de un joven gay con diversas adicciones, dentro de las cuales se destaca el sexo. Con un descarnado lujo de detalles y sin escatimar esfuerzos por graficar y exponer los hábitos sexuales del alterego de Guillaume Dustan, la novela adquiere una fuerza narrativa desbocada, tal como cada proeza sexual y encuentro furtivo. Aquí reina el deseo y el vértigo, la piel, el entusiasmo y la violencia. Pero tras cada episodio sexual se impone la soledad  y la frustración.

Como en toda droga, el placer y la evasión cada vez tiene menos duración, para dar paso a un sentido de abandono y menoscabo personal.

Guillaume Dustan, además, es provocador… devela su propia vida y su adicción por el sexo, pero también devela los hábitos de su colectivo y, en un momento en que aún no se habían desarrollado los tratamientos contra el VIH al nivel de estos días, expone con soltura la total prescindencia de los cuidados que por entonces el cuerpo médico recomendaba para la práctica del sexo seguro.

De ahí el escándalo de En mi cuarto en 1996, al punto tal de considerarlo de una apología de lo incorrecto.

Guillaume Dustan murió a los 40 años producto, se cree, de una sobredosis. Y, desde entonces, se convirtió en leyenda y sus novelas en la expresión de una comunidad y su época.

Me despierto a las cuatro de la tarde, después de haberme acostado a las siete de la mañana tras haber follado con un gilipollas que me traje de QG porque fue el primer tío pasable que me atrajo. La noche había sido horrorosa, no había tenido éxito, por mucho que me decía No pasa nada, hay demasiados tíos buenos esta noche, eso es lo que enfría el ambiente, me sentía como una mierda, como si no existiese (En mi cuarto, Guillaume Dustan) 

Comenta


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.