‘Una música futura’ es el título de la selección de cuentos que constituye la última entrega de la escritora María José Navia. Apuesta en estos cuentos,  a diferencia de sus creaciones anteriores, por relatos que vayan más allá de los personajes, que abarque los contextos y los mundos que les rodean. Lo suyo es explorar, también, respecto aquellas conductas y sentimientos de las personas en clave de un adelanto del futuro.

Quizás por esto mismo en una conversación que sostuvimos recientemente hayamos terminado hablando de lo provocativo de la ciencia ficción y de la transgresión como impulso en sus relatos.

Una música futura está atravesada por un ritmo y tono  que no pueden dejar indiferente al lector.

En el cuento «Los tíos’ por ejemplo no sólo se describe con realismo, y sin clichés. la angustia de las parejas jóvenes que no quieren o no saben si desean tener hijos; sino que, además, con total naturalidad  menciona un sistema de «arrendamiento» de niños o niñas que permitan que éstos condenados tíos puedan encajar socialmente con sus pares.

Cuestión aparte es «Una música futura», que da el nombre al volumen, un cuento sobre niños (migrantes) que pierden su naturaleza de tales, mientras permanecen en las ‘jaulas’ que los puso Trump.

«Panda» otra gran historia que habla de una joven maestra chilena que conoce un miedo que no puede manejas,  a las balaceras, los tiroteos, que pueden ocurrir en las escuelas e institutos americanos.

Una música futura es un conjunto de historias que no dejarán indemnes a las y los lectores, porque trata sobre realidades de un futuro que ya está aquí. Quizás por eso mismo resulta tan cotidiano como aterrador.

Una gran entrega la de María José Navia que recomendamos para este verano, relatos breves y contundentes …

«Gaspar se sienta, confiado, en la sala. 

Tienes hambre? Quieres algo? – le pregunta, nerviosa, mi mujer.

No, gracias. Acabo de almorzar -responde el niño, que investiga nuestros cuadro y muebles, quizás buscando libros-. Entiendo que vamos a ir a la plaza- continúa.

Su forma de hablar es tan rebuscada que, por un momento, pienso que puede tratarse de un robot.

Gloria, con una mirada fulminante, me suplica que le hable .

Así es -digo yo, también más formal de lo que acostumbro – Te gustan los juegos?

El niño me observa como si le hubiese preguntado si le gustaba comer gusanos. Empiezo a pensar en inventar una jaqueca para quedarme en casa.

Cómo debo dirigirme a Uds,? -nos pregunta entonces

Con Gloria nos miramos incómodos.

Por sus nombres? o mamá y papá? 

Me molesta la solemnidad en su voz. Como si nos tuviera pena. Como si viniera aquí a darnos una lección» (Los tíos, Una música futura)

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