El destacado escritor argentino, Ernesto Sábato, dio en los años sesenta una entrevista a un programa español llamado “A Fondo”.  En un momento de la secuencia, el entrevistador quiso conocer la opinión del escritor acerca del régimen soviético y Sábato, tras guardar silencio por algunos segundos, soltó una frase que en la actualidad cobra sentido y que de alguna manera traza nuestro camino: “no queremos democracia sin justicia social, ni tampoco justicia social sin democracia”.

Hoy se cumplen 33 años de aquella noche de octubre donde triunfó del “NO”. Una noche donde se logró lo que durante años se creyó imposible: romper los barrotes militares y abrazar, como un niño abrazaría a su madre tras años sin verla, a la democracia. Miles no descansaron en pos de aquel afán emancipador. Muchos pusieron en riesgo su propia integridad, al recibir amenazas, persecuciones y ataques. Pero nada los frenó: la libertad retumbó dentro de ellos, hasta convertirse en ese tronante “NO” que sepultó a la tiranía de Pinochet.

Han transcurrido 33 años desde aquella histórica votación y si bien es innegable que los aires del Chile actual llevan también una brisa de recambio, no podemos desconocer la batalla pacífica de muchas y muchos, quienes en las calles, poblaciones y territorios, se unieron y recuperaron aquello que hoy nos es tan corriente, pero que durante diecisiete años se nos negó: la voz. Tampoco se puede desconocer que si bien queda mucho por avanzar, los índices de pobreza disminuyeron considerablemente, tras el fin de la dictadura.

La experiencia latinoamericana nos ha enseñado que las democracias son más frágiles de lo que uno cree, y más aún en los contextos de crisis política, como el que aún no hemos terminado de salir. Por ende, resulta esencial recordar la entrega de quienes lucharon por nuestras libertades y proteger con energía cada institución democrática como, por ejemplo, el Parlamento y actualmente, la Convención Constitucional.

Desde Por la Democracia, seguimos anhelando construir un país más justo y participativo. Una nación donde la opinión de todas y todos, sin importar la nacionalidad, la religión o el sexo, sea respetada y donde nadie vuelva a ser perseguido jamás por sus ideas. Nos inspiramos de la valentía de las viejas generaciones, mientras nos hacemos protagonistas de la renovación cultural que empujamos desde la nuestra, para alcanzar así el Chile de justicia social y democracia que, al igual que Sábato, también anhelamos.

Abogado. Secretario General del Partido por la Democracia

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