La primera lectura que puedes dar a los resultados electorales en Alemania podría llevarte a un profundo error.
Hasta ahora, en su último periodo, la Canciller Angela Merkel gobernó con una coalición de los partidos mayoritarios (SPD, socialdemócrata y la CDU, demócrata cristianos) fórmula no muy frecuente en la historia política alemana posterior a la segunda guerra mundial.
Por lo general las coaliciones de gobierno estuvieron marcadas por formaciones integradas por un partido mayoritario más partidos menores que, en la suma total, permitían la mayoría mínima para generar un gobierno.
Por décadas «la llave» del gobierno la tuvo el pequeño partido Liberal (FPD), que pudo gobernar la Alemania Federal junto a Socialdemócratas y Demócratas Cristianos, alternadamente.
Tras la caída del muro de Berlín y la unificación, la suerte y gravitación de los liberales cambió notablemente. Surgieron nuevas temáticas y preocupaciones que ellos no pudieron representar, de ahí el rápido ascenso de Los Verdes (Grüne) , o de partidos que se basan en la fobia a los mulsumanes o de partidos con un corte nacionalista.
El liderazgo de Merkel y su predominio total en la política alemana en las últimas décadas, explica en gran parte la formación de esta coalición mayoritaria de SPD y CDU, pero junto con la extinción de tal poder pareciera que una coalición de las mismas fuerzas será muy poco probable de mantener.
Así las cosas, la votación realmente importante no es la de los dos partidos mayoritarios (que por lo demás están en un virtual empate) sino la del tercero y el cuarto, en este caso Verdes y Liberales, porque son ellos los que tienen «la llave» del gobierno.
Son éstas dos fuerzas las que, junto a uno de los partidos mayoritarios, determinarán el futuro gobierno alemán y su agenda. El Canciller será Socialdemócrata o Demócrata cristiano ….eso es seguro, lo realmente difícil de acertar es si el Ministro de Relaciones Exteriores será Verde o Liberal.
Siempre es bueno mirar bajo el agua y más allá de los titulares.