Mi primer recuerdo de aquel día es la cancha de la población con dos grises helicópteros. El Bruno, Malicho y el Pitico intentaban tocar aquellos ruidosos y raros aparatos, mientras yo y el Checho creíamos que esto demostraba lo importante que era nuestra cancha y que de seguro en poco tiempo más tendríamos la llegada de algún equipo santiaguino o por lo menos de Huachipato. Sin embargo en las tres horas que esperamos agazapados tras el mercado de la señora Amalia no apareció Chamaco Valdés, el Negro Ahumada y menos Caszely.
Por alguna extraña razón el checho, colocolino enfermizo, seguía convencido que iban a llegar y que se produciría un partido de proporciones nunca antes vista en la población Carlos Mahns que por ese tiempo un tío mío llamaba, siempre riéndose, «La Carlos Marx».
Cuando nos llamaron a comer recuerdo haberme convencido que podía ser cierto lo del partido, pues al pasar por la casa del papá de la claudia, vi al Jorge, un primo de mama que me hizo señas escondido entre las cortinas de aquella casa siempre en colores.
¿Que hacía el Jorge escondido allí? ¿Por que no había ido a casa de mi madre? Jorge era un seguidor acérrimo de un equipo de aquellos tiempos y seguro estaba allí con otros jugadores en esta casa-camarín preparando el partido, que a estas alturas pensábamos era de nivel casi internacional.
-Mami, ¿que pasa en la cancha?
-¡No quiero que te vayas a meter a la cancha ¡
El tono de mi madre, me corroboró que quizás sería un partido difícil como aquellos entre California y Carlos Mahns donde los astros de la esférica se transformaban en seguidores de Bruce Lee y el fútbol pasaba a ser una maratón entre las calles Guillermo Edwars y Felix Cortés donde corrían grupos de jugadores de California tras la siga de nosotros, o mas bien de nuestros ídolos de la camiseta verde.
Mi padre aun no llegaba así que deduje que sería «El teatro» quien jugase aquella tarde y que seguro el rival sería Serrano. El teatro era el equipo de mi padre y mis amigos siempre me reprochaban aquella traición barrial. Decidimos reunirnos para buscar información y llegar a tener la certeza de quienes se enfrentarían esta tarde. Fuimos a Tierras huecas a buscar a Pitico, al Marco , al Talo para organizar una especie de comisión que averiguara todo sobre el partido. De todos modos decidimos que apoyaríamos el equipo donde jugara el Mono, porque de seguro este ganaría.
Recuerdo que pactamos juntarnos en una hora en la casa del Contreras para analizar las informaciones. El primero en llegar fue Malicho quien dijo que en su casa todos estaban nerviosos pero no logró saber nada, Pitico dijo que al parecer era Naval el equipo que vendría,Marco llegó al final y dijo.
– Cabros, no se a que hora fue el partido, pero parece que ya terminó por que escuche que perdió la UP, parece que Caszely jugaba por ese equipo. Naval y Aviación algo están metidos. Los helicópteros son del club Aviación porque hay mucha gente que cree que el partido no fue justo y se puede poner a reclamar. Yo creo que mejor nos vamos.
Regresé a casa.Mi madre lloraba frente al Antú, mientras veía una película de la segunda guerra, donde bombardeaban un edificio .
Lloraba porque habíamos perdido el partido, el más importante de nuestras vidas .
De esta forma me enteré cuanto amaba internamente el fútbol mi querida vieja y cuan escondido lo tenía.